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ECONOMÍA , noticia de Edición Impresa
«Galicia se ha interesado en esta tecnología y a corto plazo surgirán proyectos»28/01/2007
http://www.lavozdegalicia.es/se_economia/noticia.jsp?CAT=108&TEXTO=5493620


El director del proyecto Pelamis en Portugal, Rui Barros, admite que la costa portuguesa y también la gallega reúnen condiciones singulares para aprovechar la energía de las olas. Durante la maduración del proyecto luso, empresas españolas se han preguntado por esta tecnología, en algún caso pensando en Galicia. «Claro que se han interesado y es normal que a corto plazo surjan proyectos», afirma el ingeniero de Enersis. Por ahora, en España hay incipientes proyectos de energía maremotriz en Santoña, aunque todavía no ha comenzado su instalación, y varias empresas realizan estudios de viabilidad en otras zonas. Mientras los portugueses aprovechan las olas del océano Atlántico, más altas y potentes que las del mar Mediterráneo, en Italia el proyecto maremotriz capta la energía de las fuertes corrientes del estrecho de Messina, que separa la isla de Sicilia del resto de la península de los Apeninos. En Escocia, cuna de la tecnología Pelamis, hay centrales de explotación en funcionamiento. Pero la experiencia pionera se realizó en Francia, en 1967, cuando se abrió en el Estuario de Rance la primera gran central mareomotriz para la producción de energía eléctrica comercial. Sigue siendo hoy la más importante del mundo, con una potencia instalada de 240 MW, un caudal de 20.000 metros cúbicos por segundo, un salto de agua de 8 metros y un dique de más de 700 metros. La superficie de agua embalsada ocupa en total 17 kilómetros cuadrados. Cómo funcionan No es sencillo explicar el funcionamiento de los pelamis. El ingeniero Rui Barros comenta que las estructuras tubulares flotan y se balancean semisumergidas, divididas en tres secciones y unidas entre ellas por dos anillos con juntas y varios hoyos de entrada. Al conjunto se le denomina módulo de conversión energética. El oleaje provoca el balanceo de los pelamis, haciendo variar continuamente el ángulo de apertura de las juntas y los anillos. Ese movimiento es el que aprovechan los generadores para convertir la energía cinética en electricidad.