lunes, 29 de mayo de 2006

Correo del Caroní - Ediciones Anteriores

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La tecnología también está en las cosas más sencillas
28 de mayo 2006

Clarke, Modet y Cía ofrece conferencia a profesionales de sectores industriales y creadores intelect

“No basta con innovar, es necesario defender el esfuerzo investigador y creador”.

[José Luis Sagarduy, director de Desarrollo de Negocios de la casa matriz de Clarke, Modet y Cía] La inyectadora retráctil, un nuevo diseño de las bolsitas de azúcar, el paracaídas para camiones, la modificación de un asiento de avión, un programa de computación, son ejemplos claros de innovaciones que cada día se introducen en el mercado con gran éxito económico, pues resuelven pequeños y grandes problemas.

“La tecnología no está solamente en el diseño de un cohete espacial o de una maquinaria sofisticada, está en un sinfín de innovaciones sencillas que facilitan el trabajo y la vida cotidiana”, dijo José Luis Sagarduy, director de Desarrollo de Negocios de la casa matriz de Clarke, Modet y Cía, en Madrid, de visita en Venezuela.

Ante una audiencia constituida por profesionales de sectores industriales y creadores intelectuales, congregada en la sede de la Cámara de Comercio e Industria Venezolana Alemana (Cavenal), Sagarduy señaló que innovar es diferenciarse de la competencia y adelantársele para obtener ventaja.

“Sin embargo, no basta con innovar, es necesario defender ese esfuerzo investigador y creador. Estamos viviendo en una economía del conocimiento y los activos intelectuales constituyen un valor económico, tanto para las empresas como para los países. Lo vemos en contratos de transferencia de tecnología, en la licencia de una marca, en un sistema de distribución, en una franquicia, en un diseño. Todo esto hay que protegerlo de forma que el esfuerzo invertido se vea recompensado”.

Aseguró que, hoy en día, la competencia se da más en el campo de las innovaciones y no en el de precios, pues siempre habrá quien fabrique el mismo producto más barato. Citó como ejemplos el negocio de las cadenas de comida rápida, en el cual el valor está fundamentalmente en la forma innovadora con que ofrece su producto; y un original empaque cilíndrico para el azúcar, que utiliza 40% menos de papel y aprovecha 60% más del espacio en las cajas de distribución.

“Innovamos, pero no protegemos”, sentenció, “existe una relación muy estrecha entre protección y desarrollo económico: el 21% del PIB de los Estados Unidos proviene de ingresos derivados de propiedad intelectual, cifra significativa si la comparamos con el 4% que aporta el sector bancario. De manera que la propiedad intelectual no solamente valoriza a una empresa, sino también hace crecer las economías”.

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